Se trata de resolver conflictos afectivos, acontecimientos traumáticos, desasosiegos, estados de estrés, padecimientos emotivos, insatisfacciones sexuales, desencuentros vinculares.
A partir de la integración del cuerpo con la mente y la energía, se construye la posibilidad de flexibilizar en caso de falta de flujo o de encauzar allí donde faltan límites.
Esta terapia propicia el encuentro con aquello que irrumpe al habitarnos desde el saber del cuerpo, integrando pensar, sentir y hacer. Disolviendo patrones y modos esteriotipados de contarnos y usarnos, revisitando las formas en las que nos relacionamos con nosotrxs mismxs y lxs demás, propiciaremos una expansión de nuestra vida.
El espacio y el vínculo terapéutico incluyen la dimensión del cuerpo activo y transformador, posibilitando deshacer la repetición y hacer nacer nuevas formas, intensidades y expresiones más plenas, gozosas y satisfactorias.
La Terapia Bioenergética puede realizarse tanto individualmente como en forma grupal.
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